domingo, 27 de noviembre de 2016

GASODUCTOS



Un gasoducto es una conducción de tuberías que sirven para transportar gases combustibles a gran escala, siendo de gran importancia en la actividad económica actual.

Reserva de gas natural, Gibraltar, Norte de Santander
El  inicio de un gasoducto puede ser un yacimiento o una planta de regasificación, generalmente situada en las proximidades de un puerto de mar al que llegan buques (para el gas natural, se llaman metaneros) que transportan gas natural licuado en condiciones criogénicas a muy baja temperatura (-161 ºC) y así distribuir gas por tuberías a las ciudades, centros de consumo, industrias y plantas generadoras eléctricas.













CONSTRUCCIÓN


Consiste en una conducción de tuberías de acero por las que el Gas natural circula a alta presión desde el lugar de origen hasta el centro de distribución. Se construyen enterrados en zanjas a una profundidad habitual de 1 metro y hasta 2 metros; dependiendo del terreno y la seguridad, excepcionalmente, se construyen en superficie.








Para cruzar un río en el trazado de un gasoducto se utilizan principalmente dos técnicas: la perforación horizontal y la perforación dirigida. Con ellas se consigue que tanto la flora como la fauna del río y de la ribera no se vean afectadas. Estas técnicas también se utilizan para cruzar otras infraestructuras importantes como carreteras, autopistas o líneas de ferrocarriles.





















Por razones de seguridad, las normas de todos los países establecen que a intervalos determinados se sitúen válvulas en los gasoductos mediante las que se pueda cortar el flujo de gas en caso de incidente, como la falta de presión por una fuga de gas.

































La estación receptora donde termina el gasoducto de transporte e inicia el gasoducto urbano, la estación también es llamada "City Gates". En ese sitio inicia la distribución del gas por parte de una empresa quien es la encargada de distribuir y comercializar el gas natural.












CIRCULACIÓN DEL GAS

La presión a la que circula el gas por el gasoducto es normalmente de 72 bar para los de las redes básicas de transporte y de 16 bar en las redes de distribución en las ciudades.






Las normas particulares de muchos países obligan a que los gasoductos enterrados estén protegidos de la corrosión. A menudo, el método más económico es revestir el conducto con algún tipo de polímero, de modo que la tubería queda eléctricamente aislada del terreno que la rodea. Para prevenir el efecto de posibles fallos en este revestimiento, los gasoductos suelen estar dotados de un sistema de protección catódica, utilizando ánodos de sacrificio para que no se produzca corrosión en el tubo, que debe ser revisado durante su explotación con el paso de los años.



Para llevar el gas hasta los hogares y comercios es preciso bajar la presión de transporte hasta límites razonablemente seguros. Esto se consigue instalando estaciones de regulación a lo largo del gasoducto en las que se baja la presión hasta la habitual de distribución en las ciudades (4,1 bar).